Serenidad + valor + sabiduría

: Serenidad + valor + sabiduría. El equilibro entre éstos elementos nos da la paz, la fortaleza y la inteligencia suficientes para vivir haciendo el bien, vivir felices y prósperos, no sin problemas ni dificultades, pero si con las herramientas para afrontarlas y ayudar a mejorar nuestra propia existencia y nuestro entorno.

Serenidad + valor + sabiduría

Serenidad + valor + sabiduría

El Bien Estar |abril 01 2021 | Por José Miguel Casique C. |

 Serenidad + valor + sabiduría (v2)

 Hola seguidores del Bien - Estar. Entramos en el cuarto mes del año.  Ya no es tan temprano. Es tiempo ya, de producir, de fluir, de ver cosas nuevas, renovadas, de mejorar en cada uno de los aspectos de la vida que se nos da.

 

En estos días pasados, he tenido presente una vieja, pero vigente oración atribuida a Francisco de Asís que dice:

 

"Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para conocer la diferencia. Viviendo un día a la vez, disfrutando un momento a la vez; aceptando las adversidades como un camino hacia la paz… …de modo que pueda ser razonablemente feliz en esta vida e increíblemente feliz contigo...”

 

De ahí el título que pongo en ésta entrega de hoy: Serenidad + valor + sabiduría. El equilibro entre éstos elementos nos da la paz, la fortaleza y la inteligencia suficientes para vivir haciendo el bien, vivir felices y prósperos, no sin problemas ni dificultades, pero si con las herramientas para afrontarlas y ayudar a mejorar nuestra propia existencia y nuestro entorno.

 

Quiero creer que todos anhelamos poder optimizar resultados, ser más productivos, transformar nuestra sociedad, mejorar en nuestras familias, en nuestras vidas, pero solos, sin luz, sin agua, no podemos casi nada. Pienso en un árbol verde, muy bonito, que crece y da flor y fruto, pero también pienso en una familia que busca casa para vivir ¿te imaginas meterse a vivir en un sitio sin luz, sin agua? …

Hoy día, aún en plena pandemia, podemos estar viviendo en un entorno muy agitado, excitado, bombardeado por los medios de comunicación y las redes sociales, que nos dificultan ir al interior para reconocer lo que realmente tiene valor.

La serenidad, se echa en falta… y hace falta para comprender mejor lo que nos pasa y de qué somos capaces para transformar nuestra propia vida y parte de nuestro entorno. La prueba de que la serenidad está en ti, está en tu desapego de los resultados, en el sentido que no hay ansias por ellos, sino hay una visión, de abundancia y prosperidad que lo envuelve todo como un rico aroma que te seduce a moverte…

Cuando se comprende y se sabe qué se quiere y qué se necesita cambiar o lograr y qué estamos dispuestos a hacer, es cuando se ocupa la valentía, el coraje, para moverse de la zona de confort, de rutina agobiante y empezar a cambiar aquello que parecía imposible y poco a poco comienza a ser diferente…. El valor viene de la determinada determinación de hacer algo, brota cuando estás harto ya de lo mismo y decides hacer algo al respecto… el valor viene cuando logras confiar en un poder extraordinario que habita en ti (por un gran Amor que se te es dado) y por amor a otros seres que ¡te sacuden!

La serenidad, como el agua en reposo, nos deja ver claro el fondo del río… el valor, nos da la fuerza y determinación que necesitamos para ponernos en marcha, para optar, para movernos, para cambiar, un paso a la vez y la sabiduría entonces, en ése justo equilibrio de serenidad y valentía nos acompaña día a día, paso a paso, para que la paz y la prosperidad crezcan con gratitud y abundancia entre nosotros, en nosotros.

Y la sabiduría no falla. Hacernos amigos de ella, es inteligente, humilde, productivo, nos hace frondosos, como el árbol que está plantado junto al rio que fluye, crece permanentemente, siempre está verde, lozano, dando flor y fruto… en paz, pero en continuo crecimiento, arraigado en la fuente, pero cada día más próspero y cercano al cielo.

Nadie en esta tierra te dará la serenidad y el valor, ni la Vida plena que mereces, quien opta por estar muy cerca de la fuente, del río abundante que no se seca, la fuente del Amor verdadero, nada le falta, sólo el Amor verdadero le basta.  Por eso, dichoso aquel que no sigue el consejo superficial, pasajero, del ego, sino que se planta, se arraiga en la fuente, en el que es la fuente de Vida y Amor, de donde surgen todos los bienes, todo lo bueno, noble, justo, honorable, bello y armonioso.

Me acompaña en éste rato, la imagen del árbol plantado junto al rio (Salmo 1,3 y Jeremías 17,8), nosotros no somos plantas que otros plantan, somos seres humanos que podemos optar por movernos de un sitio a otro, podemos elegir, estar junto con la fuente de la sabiduría, del amor y la paz o irnos lejos y en ambos casos, asumir las consecuencias.

“Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto”.

Feliz cierre de semana e inicio de mes para ustedes, un abrazo cordial.

José Miguel Casique.

 

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